sábado, 5 de septiembre de 2009

Debajo del Cielo.



"Gracias AAM, por recordarme escribir nuevamente este cuento. "


A Crista le habían crecido los ojos, de tanto mirar al horizonte. Cada mañana amanecía absorta, contemplándolo; perdiéndose en su impasible frialdad, pero totalmente enamorada. Creía a veces que éste la llamaba; una atracción inexplicable, como si desde su dimensión, él también la estuviera deseando.
Un día, sintió un grito mudo que provenía desde sus entrañas, catapultándola hacia aquello que desde hacía mucho tiempo, deseaba materializar. Al primer rayo de luz, salió con más miedo que certeza en su búsqueda y así anduvo días, sorteando difíciles accidentes geográficos, batiéndose con el viento, debajo de escalofriantes tormentas o de un calor asfixiante; pero no se detuvo, su necesidad de encontrarlo, se había convertido en una especie de obsesión. Durante las noches, rogaba a las estrellas alguna luminosidad profética. Hablaba con la luna, hasta con cada uno de sus cráteres…pero ellos ignoraban su angustia y despertaba mojada de rocío y desconcierto, con el alma hecha un ocho.
Cuando le parecía estar a punto de encontrarlo, el horizonte se le perdía como una aparición producto del delirio, una quimera irreal que la dejaba sin fuerzas, desesperada y triste, pero que la impulsaba a seguir. “Quizás mañana… quizás mañana”, se consolaba mientras en su rostro comenzaba a tatuarse la huella del cansancio y sus ojos eran cada vez más enormes, más claros y angustiosos, pero recobraba su brillo al amanecer, cuando volvía a retomar su aventura amorosa.
Así sería hasta el final de sus días, la historia de Crista, una mariposa enamorada del horizonte, que nunca renunció a su sueño, a pesar del desaliento o la fatiga. El horizonte le hacia el juego eterno de la búsqueda y el encuentro; aproximándosele provocativo y desafiante; mientras ella daba toda la fuerza de su esencia por encontrarlo. De esa forma llegarían a amarse eternamente, desde lejos, protagonistas de un juego frugal y carente de climax. Sería él, para ella, su más grande y anhelado deseo; sería ella, para él, su más fiel y esperada mariposa.

2 comentarios:

Octavio dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Octavio dijo...

No se porque! Pero siempre me gusta mucho lo que escribes!, eres tan romántica!, tan elocuente y tan sensible que no hay palabras que puedan describir lo que escribes, deberías dedicar mas tiempo a la escritura y menos a comunicación y reporteria. En pocas palabras; muy bueno!!

Es mi humilde opinión,

Octavio