martes, 20 de octubre de 2009

LA ISLA ALIEN


Hay cosas que los cubanos nunca llegarán a conocer y no me refiero al Empire State o a las catarátas del Niágara, ni al Coliseo Romano. Son cosas más sencillas y elementales. Por ejemplo, mi madre nunca pudiera imaginarse (aunque es una mujer muy inteligente) qué cosa es “Facebook”o “Twitter. Es imposible, quizás ella tenga una idea quimérica de lo que pueda ser Internet, ese método a través del que a veces puede enviarme algún que otro mensaje y yo responderle.
Pongo el ejemplo de mi madre porque es alguien que ya ha vivido su vida dentro de la nada, ajena a la realidad del mundo como en el “Truman show”, sin saber que hay algo más allá de un mar “Creado” y que la verdad existe y que el mundo además de Cuba tiene un sentido y un desarrollo.
Hablamos de Corea del Norte, con el asombro de no poder creer que exista tamaña arbitrariedad en un sistema y en un final, Cuba es algo peor, su dictadura enarbola banderas de democracia y soberanía, ¿soberano descaro, no?
Me preocupa y entristece que mis sobrinos de 7 y 11 pasen su vida de la misma forma que mi madre, alienados dentro de su propio yo, por causa del desconocimiento y la manipulación dogmática de un gobierno que barrena a los niños el cerebro y les inocula una política despiadada y cruelmente incierta. Yo aún  no puedo perdonar que me hayan obligado a gritar: “Seremos como el Che” y 20 años después enterarme de que el tal “Che”, era un asesino y que para enterarme hubiese tenido que abandonar mi país.
Hace unos días, un amigo cubano residente en Francia hizo un gesto de desagrado al pasar por el lado de una bandera cubana; íbamos en mi auto y yo le comenté que no me había gustado su gesto… después me puse a detallar en cuánto nos han politizado hasta los símbolos patrios, que llegamos a hacer una relación “Castrismo- patria” y esto nos provoca aversión.
Es triste, triste saber que la gente está muriendo en esa isla que se proclama aún “Potencia médica” y sus hospitales son cementerios de edificaciones sin ventanas, sin funcionamiento mínimo de la salubridad y sin medicamentos disponibles para combatir ni el H1N1, ni el dengue o la conjuntivitis hemorrágica.
¿Hasta cuándo este castigo que ha durado décadas sumiendo a una sociedad en un abismo autómata y “Enzombiecido”? Me aterra pensar que los de mi generación que estamos acá, vamos por el mismo camino. Han pasado 50 años y todo sigue igual… perdón, peor. Quizás mi madre nunca sepa lo que es Internet,  ojalá mis sobrinos, un día ¡ pronto!,  puedan conocer algo más que eso.

domingo, 11 de octubre de 2009

LA NUEVA ERA DEL AMOR.

PIC BY T KELLER.

El amor ha entrado en una nueva era, ya no es lo más importante: “Lo era”. Ha quedado extinto quién sabe dónde y nadie se preocupa, mucho menos se ocupa por averiguarlo. No es asunto imprescindible ni necesidad imperiosa. La gente se ha acostumbrado a vivir sin él, a morir sin él, a enfrentarse al mundo sin él… a tener sexo sin él y por nada parecido siquiera a él.
En esta “Nueva Era”, los humanos se desbocan por el precipicio de la lujuria, para compartir encarnizadamente unos minutos de “confluencia genital”, tras la que en muchas ocasiones: ¿Te conozco de algún lugar? , en otras… “Te llamo luego” (“Luego” ha pasado a ser un adverbio de tiempo indefinido en conjugación verbal “pussypenwhenilikeit”.
Lo peor es que ya nadie ni lo extraña y algunos lo mencionan de una manera “metafórica”. He comenzado a preguntarme si a la especie humana le habrán inoculado algún “Antiamor”, como en las películas de ficción en las que la gente pierde la memoria y los sentimientos y entonces aparece alguien que si se acuerda y salva a la humanidad…
La gente se relaciona de una manera más fría y ajena… ahora que lo pienso… ¿Será una reacción incondicionada ante el calentamiento global y por eso lo consideran: “Cool”? Aunque pensándolo lógicamente, ahora la gente no se relaciona: “Se desrelaciona”.
Es triste la aceptación y la resignación a vivir de esa manera. Es una pena que nuestros hijos y nietos nunca conozcan lo que significa amar a alguien, creer en alguien, necesitar a alguien, llorar y reír por alguien, “sentir” que ese alguien es eje de tu universo. Como le comenté a un amigo: “La gente le tiene miedo al cariño”. Y es verdad que amar duele y es un riesgo, pero es la única medida de nuestra humanidad, es el sentimiento que nos diferencia de la cópula animal.
Los hombres deben ser lo suficientemente “Hombres”, para respetar a las mujeres, ellas han de ser lo suficiente “Mujeres” para hacerse valer y no aceptar que son un juguete de prueba, un objeto sexual y que merecen por condición universal, por determinación divina, ser tratadas con delicadeza.
De lo contrario, “El Amor”, aquello que una vez fuera catalogado como uno de los más sublimes sentimientos, quedará relegado a la ficción de los novelistas, a escenas de celuloide o a estremecer las tablas de un teatro. Poco a poco será olvidado para siempre; en cambio, los seres humanos se preguntarán eternamente, por qué saber de él, les provoca llorar.