domingo, 11 de octubre de 2009

LA NUEVA ERA DEL AMOR.

PIC BY T KELLER.

El amor ha entrado en una nueva era, ya no es lo más importante: “Lo era”. Ha quedado extinto quién sabe dónde y nadie se preocupa, mucho menos se ocupa por averiguarlo. No es asunto imprescindible ni necesidad imperiosa. La gente se ha acostumbrado a vivir sin él, a morir sin él, a enfrentarse al mundo sin él… a tener sexo sin él y por nada parecido siquiera a él.
En esta “Nueva Era”, los humanos se desbocan por el precipicio de la lujuria, para compartir encarnizadamente unos minutos de “confluencia genital”, tras la que en muchas ocasiones: ¿Te conozco de algún lugar? , en otras… “Te llamo luego” (“Luego” ha pasado a ser un adverbio de tiempo indefinido en conjugación verbal “pussypenwhenilikeit”.
Lo peor es que ya nadie ni lo extraña y algunos lo mencionan de una manera “metafórica”. He comenzado a preguntarme si a la especie humana le habrán inoculado algún “Antiamor”, como en las películas de ficción en las que la gente pierde la memoria y los sentimientos y entonces aparece alguien que si se acuerda y salva a la humanidad…
La gente se relaciona de una manera más fría y ajena… ahora que lo pienso… ¿Será una reacción incondicionada ante el calentamiento global y por eso lo consideran: “Cool”? Aunque pensándolo lógicamente, ahora la gente no se relaciona: “Se desrelaciona”.
Es triste la aceptación y la resignación a vivir de esa manera. Es una pena que nuestros hijos y nietos nunca conozcan lo que significa amar a alguien, creer en alguien, necesitar a alguien, llorar y reír por alguien, “sentir” que ese alguien es eje de tu universo. Como le comenté a un amigo: “La gente le tiene miedo al cariño”. Y es verdad que amar duele y es un riesgo, pero es la única medida de nuestra humanidad, es el sentimiento que nos diferencia de la cópula animal.
Los hombres deben ser lo suficientemente “Hombres”, para respetar a las mujeres, ellas han de ser lo suficiente “Mujeres” para hacerse valer y no aceptar que son un juguete de prueba, un objeto sexual y que merecen por condición universal, por determinación divina, ser tratadas con delicadeza.
De lo contrario, “El Amor”, aquello que una vez fuera catalogado como uno de los más sublimes sentimientos, quedará relegado a la ficción de los novelistas, a escenas de celuloide o a estremecer las tablas de un teatro. Poco a poco será olvidado para siempre; en cambio, los seres humanos se preguntarán eternamente, por qué saber de él, les provoca llorar.

1 comentario:

Arlena dijo...

Continua escribiendo! Eso es lo mejor. Jorge Sotolongo acaba de abrirse un blog, influencia mia, = ) y ha puesto ahi los monologos que ha escrito. Leelos. Te haran reir.