viernes, 26 de junio de 2009

EPOXICAMENTE: JOSIGNACIO.


Sumido en su batalla diaria, Josignacio blande en el aire su pincel, arma inequívoca, acompasando colores cristalinos. Con exquisita certeza, alcanza a fecundar lienzos que expresan mas allá de su esencia, mientras se ordeña del alma una resina que mezcla a sus pinturas; elemento intrínseco a la expresión más innata de su desafiante método pictórico; producto natural que deviene de su más transparente expresionismo.
Desde sus característicos y crípticos abstractos, pasando por los inolvidables payasos, el erotismo desenfadado, sus íntimos Orishas, hasta sus gráficos retratos, este pintor se rebela ante la adversidad que adolece el arte en Miami y se promete a sus ojos una obra evolutiva y volcánica en paulatino pero constante ascenso. Así ha sido su vida, un infinito y arduo recorrido por abruptos parajes en los que la censura y los límites no han sido freno sino impulso “catapultesco” que lo transfigura en un ente plástico, alter ego de su creatividad, enmarcada en un misticismo personal etéreo, plasticismo absoluto que compone su obra y la pluraliza “epoxicamente” en una muestra sui generis y agradable a la retina humana.


lunes, 22 de junio de 2009

ASIA, UNA PRINCESA ANDALUZA.


Esta es la historia de una princesa con nombre de continente: Asia. Su mirada es gigante, de lo tierna, de lo dulce, de lo niña. Asia hoy se graduó de princesa grande y el príncipe que la cuida estaba muy feliz por ella. Su príncipe le cumple todos los deseos; desde mimarla inmensamente, llevarla a pasear, regalarle un pony, hacerle un parque de piratas para su cumpleaños, comprarle todos sus juguetes o estar con ella en el carnaval de su escuela.
Asia es una princesa andaluza, con la piel bañada por el Mediterráneo. A veces he dormido a sus pies, pues su príncipe le lee mis cuentos y amanece un mar de hojas de luna alrededor de su cama. Asia crece poco a poco en un mundo maravilloso y un día será reina. Una reina de alma con luz, para iluminar los días de su príncipe- papá, hasta que llegue otro príncipe, vestido de amor y se la lleve a contemplar el reino de Marbella.